Ruchi y Nier

Ruchi y Nier fueron expulsados del “Paraíso” por el propio creador, quien los consideró un error de su obra sin reconocer como suyo el desacierto. Ahora vagan por el planeta y se les permite existir bajo el cruel yugo del pecado nefando. Cargan con la vergüenza y soportan el odio como castigo eterno, lo que incluye a quienes se repliquen, sin saberlo, con el defecto divino.

El atributo del hacedor de todas las cosas es la perfección, pero acomodada convenientemente a sus propósitos binarios y de reproducción. Cuando ello no complace su propósito, se torna hostil e implacable. Es como el escultor, quien, al perder el balance de las formas anatómicas, arrebatado por la furia, quiere destruir su obra, pero no puede por la solidez de la piedra; entonces la execra con su implacable ira a vivir por siempre en un oscuro averno que él mismo ha creado, allá donde va a parar lo tenido como malo.

No hay compasión del “creador”; su chapucera perfección es su acicate, quien la impone con su despiadada ley universal para alcanzar su terrenal objetivo: la exclusión y el odio. Este paraíso de miserias está reservado solo para quienes aceptan vivir, sin saberlo, con la culpa de haber nacido de un acto carnal. Este hecho, no obstante, pudo haber envuelto el inconfesable placer, complace al patriarca creador, quien tiene apariencia de un hombre cis y es heterosexual, y te vigilará con férreo celo para que no te desvíes del camino que te tiene trazado.

Los simbolismos de lo oscuro, la manzana, la serpiente, los cuerpos desnudos lo dicen todo para imponer un relato que quiere emerger desde la supuesta impureza de la diversidad, obviando al ser, su evolución, su vinculación a la Tierra, al cosmos y al universo. Aún no hemos llegado a la vida, al escenario usurpado por el “creador”, y ya estamos envueltos en la paradoja del pecado original y la perfección de la creación divina. El creador que requiere del pecado de otros, de sus súbditos, de sus inconscientes fieles, para expiar sus supuestos errores y luego redimirlos.

Misceláneos

Les invitamos a visitar los fotolibros de Carlos Eduardo Plaza, artista conceptual, fotógrafo y diseñador gráfico. Venezolano, actualmente vive en la Florida, EE. UU.

https://www.blurb.com/b/12512878-natura?srsltid=AfmBOooZC71LW-AihEdiBpY2eDu7UFF5prKG9MBj3n7Mu_J5_smGRNo5

En cuanto a su vivencia, Carlos Eduardo dice: “Hace más de 20 años emigré del punto más septentrional de Sudamérica al punto más meridional de Norteamérica. En muchos sentidos, estos dos lugares son totalmente diferentes, pero cuando navego por los ríos y canales naturales de Florida o paso una mañana de domingo surfeando las olas del océano Atlántico, olvido el tiempo y el espacio, y todos los recuerdos de mi infancia tropical regresan a mí en una sola brisa de aire salado. Mis imágenes son el resultado de más de cuarenta años, fotografiando mi vida cotidiana en este paraíso tropical que tengo la fortuna de llamar hogar.”

Creditos

Concepto: Franklin García y Edgar Carrasco.

Fotografía: Franklin García y Edgar Carrasco.

Texto: Edgar Carrasco.

Modelos: Ruchi y Nier.

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