Mezclilla erótica



El blue jean es parte de ese secreto erótico que en lo colectivo se vale de códigos que te llevan a lo que anhelas y deseas.


El fetiche de la ropa


Ya lo han dicho muchos y lo decimos nosotros; el devenir de la ropa como parte de los fetiches del erotismo es parte de la liberación de nuestra sexualidad, apetitos que conforman la experiencia colectiva y sus constantes encuentros con lo secreto, lo prohibido y nuestros impulsos por quebrantarlos. A pesar de que el fetiche de la vestimenta puede ser individual, quizá sea también una clave colectiva para convocarnos de manera directa, sin rodeos a quienes comparten pasiones en lo incógnito. El blue jean es parte de este secreto erótico que en lo colectivo se vale de códigos que te llevan a lo que anhelas y deseas.

Complicidad y eros


La historia de la indumentaria de mezclilla ya se remonta a más de dos siglos. Siendo originalmente usada para el mundo militar y el trabajo duro, pasó a convertirse con los blue jeans de Levi Strauss en la década del 50 en moda y un símbolo de rebeldía. Parece que los ajustados pantalones de James Dean en Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955) marcaron ese hito para convertirlos en la prenda universal que es hoy. En la década de los sesenta, fue la indumentaria favorita del movimiento hippie. Nunca olvidaré al guapo vecino de mi adolescencia que vestía unos jeans que le quedaban como cosidos a mano en su cuerpo. Había una complicidad conspirativa de lucirlos y dejar que te vieran. De ahí mi fetiche por los pantalones de mezclilla azul sienna, talismán que aún perdura.

El paquete erótico

En sus comienzos, en la revolución de Stonewall (1969) que inició el movimiento LGBTIQ moderno, las calles de Nueva York se inundaron de sexis y musculosos varones gay enfundados con blue jeans. En especial la calle Christopher del Greenwich Village. Fue una época de severos cambios, al igual que de fetiches acrecentados. La hiper masculinización aparecerá como parte de la bandera que pretende reivindicar la maltrecha imagen de los homosexuales. Se usaban los jeans 501 y 505, que dejaban volar tu imaginación a lo que envolvía la provocadora tela. Fue un jean el que inmortalizó el famoso "paquete" en la portada del disco Sticky Fingers (1971) de los Rolling Stones. 

Fetiches acrecentados


Con el jean 505 de cremallera de botón metálico, se potencia el fetiche de llevarlo desabotonado en por lo menos uno, como invitando a que puedas entrar que estoy dispuesto. Al pantalón fetiche se le fueron agregando otros apliques, tales como cuero negro, cinturones anchos, cadenas y llaveros enormes.


Las bandanas (pañuelos) en los bolsillos traseros del jean eran parte del cruce de silenciosos y complejos mensajes. Decían que era lo que andabas buscando. No eran tiempos para andar, preguntando. Había que ir directo al grano. Por ejemplo, el pañuelo morado del lado derecho indicaba que eras pasivo al piercing; en el lado izquierdo eras activo para lo mismo. 

La masificación del fetiche



A mi modo de ver, una época de masificación del fetiche en un momento de liberación. Lo que me hace conjeturar que cada revolución gesta sus fetiches, con las peculiaridades de los cambios que los hace emblemáticos. Fue y han sido peculiares algunos resultados de la revolución gay, principalmente el fortalecimiento de una expresión de género masculinizada hasta su cenit. Todo ello en respuesta a las confusas creencias que generó el heteropatriarcado sobre la homosexualidad, la expresión de género y la transexualidad, estigmatizando por décadas a los hombres de orientación sexual homosexual, a quienes se los acusaba de ser hombres que quieren ser mujeres. Esas presiones también condujeron a un conflicto interno dentro de la vida gay que continuaba denigrando dentro de sus iguales a los hombres que no eran masculinizados. Algo así que para ganar espacio en la sociedad se te exige ser lo que el conformismo heteropatriarcal considera comportamiento de hombre, desdeñando las peculiaridades de la diversidad. 

Jeans, futuro y eros


Imagine que en una excavación de un sitio arqueológico en el 4050 de una remota ciudad que se llamó Caracas encontraron unos jeans, aún bien enteros, revelando a estos cíborgs que esta vestimenta dió identidad universal a los humanos del planeta por aquel lejano milenio. En el bolsillo izquierdo del Jean aparecía la palabra paz en letras blancas.
 

Finale


Invitamos a todxs nuestrxs seguidores a comentar esta Entrada y compartir lo que crean contribuye al desarrollo de este blog sobre erotismo y desnudo.

Publicamos ardorosamente todos los viernes, después de mediodía, hora de Venezuela.

Fotografías y textos: Franklin García y Edgar Carrasco.

Agradecemos a nuestros modelos por su participación para enriquecer nuestro blog. Sin ellos las fotografías no serían posible.  

Cualquier comentario, más allá de esta "Entrada", pueden escribirnos a: 

photoloverfg@gmail.com










Comentarios

  1. Una vez más Franklin y Edgar nos muestran un trabajo de alto nivel tanto en imágenes como en palabras, bravo por ambos.

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  2. Interesante ensayo y fotos

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  3. Antonio Paz vía whatsapp nos comenta:

    [14:19, 19/7/2024] Franklin Garcia: Buenas tardes amigo, excelente el texto y las fotos de tu blog en la entrada del día de hoy. Voy a realizar mi comentario por esta vía.
    [14:19, 19/7/2024] Franklin Garcia: Los jeans, esa lona que cruzó mares en la Era de Los Descubrimientos Oceánicos en forma de las velas de los Naos que ya vinieron con su propio fetiche, el del olor a sudor y testosterona de centenares de hombres rudos que se hacían a la Mar Oceana en busca de una Utopía mercantil, social y espiritual con la esperanza de encontrar allende la pequeña Europa unos nuevos lugares donde esparcir tanto su erotismo como toda su virilidad. Ese Denim como lo llamaban en la República de Venecia se convirtió por obra y gracia del ingenio austríaco de un inmigrante en las tierras de lo posible en una ruda prenda de vestir masculina que condensa en su cremallera toda la rudeza y el olor de las feromonas masculinas que buscan satisfacerse o ser satisfechas a través del estéril himeneo. Pero el jean , el blue jean o la mezclilla erotizan no sólo a los hombres entre los hombres sino que también son apetecibles para el ojo de las hijas de Eva quienes más allá de lo práctico que resulta la prenda en cuestión, también lo han erotizado al lucirlo con parches o raídos mostrando también sus carnes embuídas dentro de los jeans haciendo lucir sus curvas o también su flacura mejor aún cuando la oportunidad se los permite sin más nada puesto más allá del ombligo y sólo con el pantalón puesto.

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  4. Excelente trabajo … los felicito

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  5. Fascinante... me encanta los jeans. Cómodos, sensuales porque se pegan al cuerpo como una segunda piel. Yo no tengo el problema de Silvio Rodríguez que todavía está buscando su unicornio azul. Yo si se me pierde... compro otro y problema resuelto.
    Mi vida está embarcada entre la época hippie, la rebeldía y la música. Y esa pieza de vestir como los blue jeans son parte esencial en mi vida.
    Los felicito nuevamente por su creatividad y originalidad con un tema tan casual pero que a pesar de los tiempos sigue tan vigente no importando el tiempo transcurrido.
    👏👏😁

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  6. Nuestro lector Philippe Boirin nos envía este comentario via whatsapp:

    Hello Franklin
    I can’t write a comment on your blog, I’m clicking on Escribir comentario but it doesn’t work
    So here it’s what I have thought about this new publication
    « I love to read your text, it’s well documented and very insightful and with these wonderful pictures of the bushes of hair coming out, I can merge my thoughts and my desire so here comes a deep eroticism I love to feel, not a lot of people are able to approach this secret side « 
    Franklin, do you have an email address where I can send you this text so that you can publish it
    Hope to have some news from you

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  7. Me ha encantado. Enhorabuena por el texto y como siempre por las imágenes. No pares!

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  8. El fetiche del jean ha sido parte de nuestro despertar sexual. Espiar disimuladamente esos jeans ajustados que iban torneando formas fue parte de importante de la construcción del deseo homosexual y dejar volar la fantasía en secreto. En épocas en que la homofobia social era la norma y el deseo un ardiente secreto, los jeans ajustados fueron nuestro lenguaje público.

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